REDEC

Actualidad

19 de marzo de 2018

Diario de viaje a Líbano

Nuestra compañera Macarena Romero nos cuenta su reciente viaje a Líbano, donde ha visitado las escuelas de JRS que apoyamos desde Entreculturas. Una visita en la que también hemos tenido la oportunidad de dialogar con el Consejero de la Embajada Española en Líbano y el Representante de España en Siria.

Alertamos en el camino en furgoneta hacia la región de Bekaa un cartel que pone “Syrian border – 30 km” y se nos ponen los pelos de punta, irrumpiendo en el vehículo un silencio atronador. Ahí, y no en cualquier otra parte, en el borde de la violencia más descarnada desde hace ahora 7 años, se instalan tres escuelas del Servicio Jesuita Refugiados (JRS). Es la pertinencia convertida en proyecto. Donde las personas refugiadas llegan al huir de una Siria bombardeada, donde nadie más sabe dónde están y donde en muchos casos detienen su caminar hacia un espacio en paz, es donde JRS decidió abrir una escuela hace ahora 6 años. Historias como la de Fátima, Rania o Ahmed, que dicen “levantarse cada día por ellos, por los niños y niñas a los que enseñamos porque ellos son el futuro para cuando podamos volver a reconstruir nuestro país”.

 

El objetivo de todas las escuelas es el mismo: promover que las y los estudiantes refugiados sirios permanezcan en la escuela a pesar de las descomunales trabas que se encuentran en el camino hacia su integración en las escuelas públicas libanesas. Visitando diferentes escuelas tanto en entorno rural como urbano advertimos algo que se repite: en el epicentro de la incertidumbre y la invisibilidad para el resto del mundo, se inserta la certidumbre que proporciona una escuela con el profesorado más motivado y responsable que pueda haber.

Los equipos, que cuentan con psicólogos, trabajadores sociales y profesorado, trabajan desde un enfoque holístico, tienen en cuenta todos los aspectos de la infancia, no solo el espacio “escuela” sino la llegada a la escuela, o sea los trayectos en autobuses para aquellos que están lejos de los campos o de las áreas donde están las escuelas. La escuela es el lugar más seguro para los niños y niñas. Los centros sociales son los lugares más seguros para las mujeres. 

El profesorado, en su mayoría mujeres, son el vivo ejemplo del patriotismo y el deseo de paz, prosperidad y dignidad para su país. Muchas de ellas son de origen sirios y en sus caras, se les reconoce una sensación de responsabilidad y dedicación hacia las futuras generaciones de niñas y niños a los que nadie más presta atención. Cuando las entrevistamos, hablan de sus lugares de origen durante unos segundos y luego se les nubla la mirada y cambian de tema, reflejando un inmenso dolor y tristeza que es difícil de atajar por más comentarios superfluos que se hagan. Hay mucho dolor y las historias que cuentan son incompletas. Nos cuentan que el reto principal dentro de las aulas es atender a diferentes niveles de estudiantes en una misma clase y en varias de ellas lo hacen en dos turnos, mañana y tarde, para poder atender al doble de alumnado.

En los registros oficiales aparece hasta 1 millón de nombres de estos niños y niñas y sus familiares, pero el equipo de JRS alerta de que casi medio millón más no están en estas listas y el número no deja de incrementar con el tiempo.

Bar Elias

Insertas en un asentamiento de 7 campos de refugiados se encuentran tres escuelas, Telyani, Nikseh y Nahyereh, en las que atiende a 1.500 alumnos y alumnas y que cuentan con una psicóloga para las 3 escuelas y casi 90 profesores (62 mujeres y 27 hombres). Los profesores hacen dos turnos para poder atender a más niños en una región donde el 85% de los niños y niñas está fuera de la escuela y la principal amenaza a la educación es el trabajo infantil para niños y el matrimonio forzoso para las niñas. Aquí les proporcionan materiales, uniformes y comidas. En la más alejada, Nikseh, también cuentan con transporte para que los y las niñas puedan llegar a la escuela. En Telyani atienden a niños y niñas de entre 5 y 14 años (de preescolar a sexto de primaria) y el gran reto está en los jóvenes que ya tendrían que estar en secundaria. Trabajan preescolar en todos los centros porque es una manera de preparar al alumnado para la educación primaria libanesa. La educación no formal es muy importante porque se les apoya psicosocialmente y también se les apoya con los trabajos, etc. El trabajo infantil es una constante ya que la población tiene pocas opciones de conseguir recursos económicos y los padres trabajan mayoritariamente en la construcción, las mujeres y los niños trabajan en los campos.

Visitamos el campo que está rodeando a la escuela (es el único campo que está tan próximo) y entramos en una de las tiendas. En un espacio muy reducido con una alfombra y una estufa viven 7 personas: 2 adultos y 5 niños. Hablamos con la madre, un niño de 13 años y una niña. El niño ha abandonado la escuela, quiere trabajar aunque no sabe en qué. Nos dice que quiere ser futbolista. La madre nos dice que todos los días se acerca a la escuela, se queda esperando en la valla todo el tiempo pero no entra.

Baalbek

En esta zona hay bastantes estudiantes libaneses por lo que se trabaja una línea de cohesión social en las 3 escuelas que tiene JRS, una de educación preescolar y las otras dos de educación primaria. Profesoras como Fátima, que es libanesa, dan clase a niños y niñas de 5 años en el cole Nour II donde hay 245 niños y niñas y otros 12 profes como ella en cursos de primero a octavo grado. El reto de nuevo es el examen que deben pasar las y los alumnos si quieren entrar a educación secundaria libanesa y muchas veces, si ya tienen ese nivel o edad, el certificado tendrían que pedirlo en Siria, burocracia del todo irrealista e inconcebible en estas circunstancias.

En la escuela JRS Dar Al Hanan hay 7 profes más, una psicóloga y 183 niños y niñas solo de educación infantil. La escuela Nour I es la última que visitamos y aquí conviven también 245 niños y niñas de educación infantil y primaria y está enfocado a adaptar su aprendizaje para su futura integración en un centro público libanés. 

Bourj Hammoud 

El último turno de visitas a centros de JRS ocurre en la misma capital del país, Beirut, donde se coordinan en el inhóspito barrio armenio un equipo de trabajadores sociales, profesores y psicólogos, para atender a un gran núcleo de población refugiada urbana. En el centro escolar dotan de educación no formal a niños y niñas de primer a sexto curso para promover su inserción en la escuela libanesa y a niños de 3 a 5 años para sus primeros años de aprendizaje básico en dos turnos. También realizan visitas domiciliares sobre todo a las madres de familia de forma mensual y las atienden en un centro social con talleres de alfabetización, habilidades para la vida (idiomas, informática), acompañamiento (apoyo como grupo y también a nivel individual). El programa de apoyo psicológico es común a todos los proyectos. Cada proyecto y cada línea de intervención tiene un trabajador social que hace identificación y acompañamiento de personas. Cuando se ve que algún caso es especialmente complicado se lleva a este programa que tiene un convenio con el Hospital Dieu de France.

La última parte del viaje tuvo una cita política reseñable: la presentación y el diálogo con el Consejero de la Embajada Española en Líbano, Ricardo Santos y el Representante de España en Siria, Juan Criado, una serie de demandas políticas en términos de protección de la educación para las personas refugiadas sirias. Algunos de los temas versaron sobre la posición española en términos de acción humanitaria, la gestión de visados y reasentamiento de personas refugiadas desde Líbano, la actual crisis siria y la gran “incertidumbre con respecto a las medidas que se pueden tomar” según comentaba Juan Criado, que evidentemente se ha trasladado a Líbano desde Damasco debido a la inseguridad que vive actualmente el país. La reunión tuvo como conductor el documento de posicionamiento político que Entreculturas y ALBOAN han elaborado conjuntamente ante el recrudecimiento de la violencia en Siria y la responsabilidad que tiene España como actor relevante de la comunidad internacional, como país con política pública de Ayuda Oficial al Desarrollo así como desde su posición relativa a las políticas migratorias.

Un viaje con muchas preguntas que incorporar al análisis de un país y unas circunstancias complejas y que contrastan con la certeza que se vive en las aulas de JRS y que se percibe en las caras y testimonios de profesores y alumnado.

 

¿Te ha gustado? Compártelo.

Suscríbete a nuestro boletín.

Recibe propuestas didácticas, noticias y novedades relevantes de educación para la ciudadanía global directamente en tu email.

Suscribir

Síguenos en las redes

Suscríbete a nuestro boletín
Forma parte de la comunidad educativa en torno a educación para la ciudadanía global.




    Ir al contenido