Día de las Personas Refugiadas: la ciudadanía global habla un idioma universal
A la discriminación, al bullying y a la violencia les contestamos con una frase que entendemos en todos los idiomas: “Que haya amor en el mundo”. Esto es lo que los y las estudiantes de 4º de primaria del colegio Divino Corazón de Madrid han propuesto para construir ese mundo que sueñan. Un sueño, entre muchos más, que se ha materializado en un intercambio de dibujos con niños y niñas de un colegio del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en Líbano. Ha sido un intercambio que une más allá de las fronteras, que empieza por construir desde nosotros y nosotras mismas una ciudadanía global y cultura de acogida, solidaridad y paz.
Antes de la creación e intercambio de dibujos, se ha llevado a cabo un proceso de aprendizaje y participación conjunta con los dos cursos de 4º de primaria del colegio Divino Corazón en Madrid.
Dentro de la campaña 4 palabras para abrir el mundo, el equipo de Ciudadanía de Entreculturas ha propuesto una unidad educativa que nos mueve a acoger, proteger, promover e integrar a nuestros compañeros y compañeras de clase, familias, y barrios, para también acercarnos a las realidades que viven las personas refugiadas en el mundo. La propuesta promueve una cultura de hospitalidad e integración con las personas que llegan a un nuevo país o región, comenzando desde nuestras escuelas y comunidades más cercanas.
A través del teatro, del juego, del arte y del diálogo, los alumnos y alumnas han participado con sensibilidad y creatividad, poniendo en valor la diversidad humana y cultural de sus clases, escuela y comunidad. El aprendizaje principal de estos encuentros es que la integración de todos y todas es una decisión y acción que podemos realizar cada día desde la empatía y la convivencia, en nuestro aula, familia, barrio y sociedad. También hubo momentos de sorpresa, participación y mucha creatividad. Después de la primera sesión, donde se crearon escenas de teatro sobre la integración y la acogida, un grupo de alumnos y alumnas decidieron crear su propio guión y personajes. Practicando en los recreos y trabajando en equipo, han diseñado una historia sobre un niño de otro país que es discriminado en su nueva clase.
Ante esto, otros compañeros y compañeras deciden encontrar una resolución de respeto, integración y convivencia en su grupo. Es una escena que nos invita a mirar y sentir desde la vivencia de cualquier alumno o alumna en situación de discriminación, narrada desde sus propias voces, que apela por una educación y sociedad que dice: “No al bullying, no al racismo, no a la violencia de género. Recordad, todos y todas somos iguales.” En un colegio como el Divino Corazón, que lleva varios años trabajando desde el barrio de Ventilla en Madrid por la cultura de paz y la convivencia intercultural, el intercambio con los alumnos, alumnas y profesoras de 4º de primaria ha sido muy enriquecedor. Se creó un espacio de escucha y participación que promovió que cada uno y cada una compartiera sus ideas y cualidades en respeto.
El día que prepararon los dibujos, después de acercarnos a la realidad de niños y niñas refugiadas en Líbano, una alumna que habla y escribe árabe propuso traducir para el resto de sus compañeros y compañeras el sueño que habían incluído en los dibujos, “que haya amor en el mundo”, para acercarnos al nuevo idioma y para que los niños y niñas en Líbano lo entendiesen también.
Estos dibujos, guiones de teatro, reflexiones y sueños que surgen cada día en muchas aulas y comunidades del mundo, hablan en un idioma universal: el de la acogida, protección, promoción, integración y amor por todas las personas. Es entonces desde nuestra ciudadanía local y global que ejercemos y compartimos cada día, donde podemos convertir sueños en acciones concretas y espacios educativos que ya están creando un mundo más acogedor, pacífico y solidario.